viernes, 18 de noviembre de 2011

España, en zona de rescate

España, en zona de rescate

Ayer, por primera vez, ocurrieron dos cosas, a cual más alarmante. Primero, los intereses de la deuda española en la emisión del Tesoro rebasaron – por muy poco, pero la rebasaron – la línea roja del 7%. Es éste el tipo de interés por encima del cual se estima que el servicio de la deuda se vuelve insoportable a largo plazo. Segundo, la prima de riesgo en el mercado primario superó a la del mercado secundario. Analizaré ambos asuntos por separado.

Es verdad que, en próximas emisiones, el interés pagado por el Tesoro podría caer por debajo del 7%, nuevamente. Eso es lo que repite la inefable Salgado, inasequible al desaliento. Si se observa la evolución de los intereses en los últimos dos años, la tendencia es claramente al alza; no se ve por qué regla de tres podrían invertir esa tendencia en un plazo razonable de tiempo. Lo peor para las pretensiones del gobierno (y a lo que se ve, también del PSOE en los últimos mítines electorales) de que todo se ha hecho razonablemente bien es que, ahora, no se trata de un problema de contagio. Grecia e Italia acaban de formar sendos gobiernos presididos por técnicos/tecnócratas, y lo que los mercados nos dicen es que España se está quedando atrás. Estoy de acuerdo en que es un signo de lo más preocupante, y un augurio de la peor especie para la democracia. Pero recuerdo que los políticos tuvieron su oportunidad en 2008, y en tres años han hecho lo suficiente para encontrarnos donde nos encontramos, ni mejor ni peor.

El segundo asunto, que la prima de riesgo en el mercado secundario (la «prima de riesgo» propiamente dicha) haya quedado por primera vez por debajo del diferencial de los intereses que pagamos sobre los que paga Alemania es incluso más preocupante, y no veo que los analistas le estén prestando la debida atención. Hasta ahora, el Tesoro pagaba menos que lo que luego descontaba el mercado secundario, y eso significa que los mecanismos políticos que tiene establecidos el Mercado Oficial de Deuda Pública, articulados en torno a los creadores de mercado – Titulares y grandes Gestoras con Capacidad Plena de la Central de Anotaciones del Banco de España, obligados a reunirse periódicamente con el Tesoro y a asumir compromisos de compra en cada emisión – habían funcionado con bastante eficiencia, bajo la experta batuta de Soledad Núñez, directora general del Tesoro y Política Financiera. Ahora, la disciplina se relaja, los creadores de mercado (grandes bancos españoles y bancos de inversión extranjeros) tratan de sacar tajada de la situación y el sistema empieza a desmoronarse. Es absolutamente meritorio que la señora Núñez haya logrado mantener la situación hasta la última semana antes de las elecciones, y la pregunta es si el PP logrará restablecerla.



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